La AOED, CIVICUS y Christian Aid copatrocinaron una sesión sobre las libertades cívicas y la participación de la sociedad civil el pasado 21 de septiembre de 2002 en la Asamblea Mundial de los Pueblos.
La Asamblea Mundial de los Pueblos es un espacio autoorganizado durante la semana de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Su objetivo es llevar la voz de los pueblos a un primer plano, en un momento en que los responsables de la toma de decisiones entablan un debate de alto nivel sin la participación de la gente.
La sesión, de una hora de duración, tenía como objetivo mostrar las tendencias más recientes en relación con el espacio cívico, el entorno propicio y los impactos de Covid-19, y debatir por qué el discurso global sobre la importancia de la sociedad civil está en franca contradicción con las realidades en casa, y sugerir un posible enfoque de creación de confianza para cumplir una agenda común de desarrollo sostenible.
El empeoramiento de la reducción del espacio cívico en todo el mundo
Julieta Zubrigg e Inés Pousadela, investigadoras senior de CIVICUS, fueron las primeras en presentar las iniciativas de CIVICUS para monitorear el estado de la sociedad civil, el espacio cívico y el entorno propicio en todo el mundo.
Zubrigg comenzó presentando las tendencias clave sobre el espacio cívico en el CIVICUS Monitor del año pasado, el intento global de CIVICUS de describir las realidades actuales de los espacios cívicos en todo el mundo. El informe pretende compartir información fiable sobre el estado del espacio cívico, las libertades cívicas (libertades de reunión, asociación, expresión), clasificando a cada país en 5 categorías desde el espacio cívico abierto al cerrado. En 2021, casi el 90% de la población mundial vivía en países donde las libertades de la sociedad civil estaban comprometidas (obstruidas, reprimidas, cerradas), y el 25% en un espacio cívico completamente cerrado.
En el último año, observaron un descenso en la calificación del espacio cívico en muchos países del mundo. Esto se tradujo en violaciones como la detención de manifestantes (90 países en 2021), intimidación, acoso, detención de defensores de los derechos humanos, leyes restrictivas, detención de periodistas, uso excesivo de la fuerza (70 países), ataques a periodistas, censura, interrupción de protestas.
Entre estas violaciones, se observó que las leyes restrictivas aumentaron en 2021 en comparación con el año anterior, como resultado de que los gobiernos utilizan la pandemia para aplicar restricciones legales adicionales a las libertades cívicas.
Aunque las violaciones más graves suelen documentarse en los países más reprimidos, «las violaciones del espacio cívico se documentan en todas partes: la detención de manifestantes, por ejemplo, puede observarse en países con espacios cívicos cerrados y abiertos», señaló Zubrigg.
En general, la tendencia a la reducción del espacio cívico que se viene observando y monitoreando desde hace años se mantiene, si no empeora, debido a las múltiples crisis que enfrenta el mundo.
Tendencias del espacio cívico y las libertades: a pesar de las crecientes presiones y ataques, la sociedad civil encuentra formas de reclamar los derechos de la gente.
A pesar de las crecientes restricciones, la sociedad civil ha encontrado formas de hablar y reclamar sus derechos. A continuación, Pousadela, de CIVICUS, presentó las 5 principales tendencias que afectan al espacio cívico y a la sociedad civil en 2022, y la forma en que la gente respondió a ellas:
- El aumento del coste del combustible y los alimentos está provocando la ira de la población y desencadenando protestas por la mala gestión económica y la corrupción.
Señaló que las protestas se han producido en todas partes, incluso en contextos muy autoritarios y represivos, como en India o en Sri Lanka.
- La democracia está siendo atacada de diversas maneras, pero se siguen produciendo avances.
Se han observado ataques contra la democracia y regresiones democráticas a través de golpes militares, nuevos regímenes autoritarios, democracia subvertida desde dentro por líderes elegidos y populares que reescriben las constituciones, y grupos antiderechos que ganan terreno. Dijo que aunque el panorama general es oscuro, la sociedad civil aún puede encontrar razones para la esperanza, ya que la democracia se ha ido profundizando en algunos países como Chile u Honduras.
- A pesar de la reacción contraria a los derechos, la sociedad civil está avanzando en la lucha contra la exclusión y en la reivindicación de los derechos.
Se ha observado que grupos neoconservadores y muy bien financiados están negando derechos a las mujeres, a las personas LGBTQI, a los migrantes y a los refugiados. Las fuerzas contrarias a la derecha están, en efecto, en alza, pero en 2021 también se produjeron algunas victorias de la sociedad civil. Aunque el caso de Estados Unidos ocupó los titulares, hay muchos más países en el mundo que han avanzado en la reivindicación de los derechos de las mujeres, los derechos LGBTQI y la salud reproductiva, que países en los que hemos visto un retroceso, y esto es gracias a la acción de la sociedad civil.
- La sociedad civil mantiene la presión por la acción climática.
Tras las movilizaciones climáticas de 2019, los movimientos esperaban que 2020 fuera el año de la acción climática, pero resultó ser el año de la pandemia. La sociedad civil está trabajando para que esto ocurra ahora, con muchas expectativas en la COP27. La sociedad civil ha instado a los líderes políticos a escuchar a los científicos y ha diversificado sus tácticas, en parte debido a la pandemia. Pousadela señaló que ya estamos empezando a ver algunas victorias en los litigios sobre el clima, y la responsabilidad del sector privado y los estados.
- Los conflictos y las crisis están poniendo de manifiesto las deficiencias del sistema de gobernanza internacional, y la sociedad civil está presionando para que se reforme.
La sociedad civil está actuando a nivel mundial para que las instituciones internacionales sean más abiertas e incluyan a los actores de la sociedad civil. Sin embargo, estamos viendo una vez más cómo a la sociedad civil, que suele ser clave para que los derechos humanos y las instituciones internacionales funcionen, se le niega el acceso a estos espacios.
Puedes acceder a información más detallada sobre las investigaciones de CIVICUS sobre el espacio cívico en el Informe CIVICUS 2022 sobre el estado de la sociedad civil.
Cómo Covid redujo el espacio cívico
Charles Gay, Asesor del Programa Global de Gobernanza y Derechos de Christian Aid fue el siguiente en informar sobre el estudio de su organización para 2021 «Cómo el Covid redujo el espacio cívico«, que analiza los efectos de la pandemia del Covid-19 en el espacio cívico, con un enfoque a través de datos primarios de Bangladesh y Nigeria, y estudios de caso de los efectos específicos en Zimbabwe, Myanmar, Israel y el Territorio Palestino Ocupado, el Reino Unido y Colombia.
El estudio también presenta formas alternativas de organización de la sociedad civil, así como recomendaciones para proteger y ampliar el espacio cívico. Al igual que la investigación de la AOED, la de Christian Aid destaca que «muchos Estados utilizaron la pandemia para restringir el espacio cívico y las libertades, como la libertad de expresión y de reunión», y «un fuerte aumento de la vigilancia de los gobiernos». Christian Aid también observó un cambio significativo hacia el sector privado, que se convirtió en un aliado cercano del gobierno y proporcionó apoyo o recibió financiación. Mientras tanto, la libertad de reunión y el activismo se han visto coartados mediante normas opresivas.
Las restricciones al espacio cívico se han visto exacerbadas por el creciente riesgo operativo: en varios países con gobiernos hostiles al espacio cívico, el registro se ha vuelto cada vez más problemático y las organizaciones de la sociedad civil son más vulnerables a las acciones del gobierno. «El estudio pone de manifiesto la falta de compromiso significativo y de reconocimiento del papel de las OSC en el desarrollo, así como la falta de transparencia de los gobiernos», afirmó Gay.
La organización alternativa ofrece una solución parcial: el paso al espacio cívico en línea ha traído nuevas oportunidades para ciertos grupos y un aumento de la audiencia. Sin embargo, también ha traído consigo nuevas desigualdades de acceso y participación para aquellos que están excluidos digitalmente. Esta fue también una de las conclusiones de la investigación AOED Covid-19.
Recomendaciones del estudio ENV de 2022 de la AOED
Josefina Villegas, Coordinadora de Membresía y Políticas de la AOED, fue la siguiente en presentar los resultados del Estudio ENV de la AOED 2022: Desafiar las costumbres de antaño: Las demandas de las OSC para acciones urgentes y extraordinarias en la Cooperación Eficaz al Desarrollo hacia la recuperación de la pandemia.
El estudio anual de la AOED sobre la Revisión Nacional Voluntaria (ENV) se publicó el pasado mes de julio de 2022, a tiempo para el UNHLPF de Nueva York. Su objetivo es aportar las perspectivas de las OSC sobre cómo se están llevando a cabo los procesos de ENV a nivel de país, y dar una idea de la eficacia de dichos procesos.
Destacó la falta de compromiso significativo y de reconocimiento del papel de las OSC en el desarrollo que también mencionó Charles Gay, y lamentó que los avances en todos los principios de Estambul (apropiación por parte de los países, alianza inclusiva, transparencia y responsabilidad, enfoque en los resultados) se hayan estancado o hayan disminuido.
En este contexto, la AOED pide una acción extraordinaria alineada con el CED para una posible recuperación de la pandemia. Villegas insistió en que la CED debe considerarse tanto un marco que obliga a todos los actores del desarrollo, especialmente a los titulares de obligaciones, a cumplir sus compromisos, como un enfoque del desarrollo que refuerza el multilateralismo que responde realmente a los problemas sobre el terreno.
Concluyó con las principales recomendaciones del estudio: la necesidad de que los gobiernos aceleren la transmisión en cascada de los ODS desde el nivel nacional al local; que incorporen la inclusión y la participación significativa de la sociedad civil, especialmente de los sectores marginados, a la aplicación de la Agenda 2030; que eliminen las barreras a la transparencia de la Agenda 2030 permitiendo la verificación y el escrutinio de los procesos de los ODS por parte de los ciudadanos; que reformen los procesos gubernamentales y la planificación presupuestaria para que se basen más en las pruebas y se orienten a los resultados; y que establezcan un plan nacional de resiliencia Covid-19 que no deje a nadie atrás.
Construir la confianza hacia un entorno propicio
Matt Simonds, Oficial Superior de Política y Enlace de la AOED, el último orador, presentó el tema de la iniciativa Construir la confianza hacia un entorno propicio, y sobre la defensa del papel de las OSC como actores del desarrollo por derecho propio.
«Los propios ODS hacen hincapié en la necesidad de establecer alianzas inclusivas y en el modo en que los gobiernos deben colaborar con otros agentes, incluida la sociedad civil, pero sin limitarse a ella», afirmó.
Varios acuerdos mundiales reconocen el papel de la sociedad civil en el desarrollo, pero con demasiada frecuencia los Estados firmantes no los respetan a nivel nacional. Según él, «las OSC están actualmente obstaculizadas en su capacidad para cumplir su mandato y alcanzar los ODS», especialmente a nivel local.
Explicó que «el entorno propicio es único para cada país», señalando la «necesidad de centrar los esfuerzos hacia un entorno propicio a nivel nacional, y llevar a todas las partes interesadas a la mesa de negociación para crear confianza y permitir colaboraciones fructíferas entre estos diferentes actores.»
Durante el foro abierto, un participante expresó su esperanza de ver a la sociedad civil operar de forma independiente: «¿Cómo podemos salir de esta incidencia retórica sobre la creación de confianza entre los gobiernos y las OSC y dejar que la sociedad civil opere de alguna manera independiente, no necesariamente en oposición a los gobiernos, sino de forma independiente a nivel internacional?»
Matt Simonds respondió recordando la necesidad de seguir pensando e impulsando nuevas vías de capacitación para la sociedad civil, desde el ámbito local al internacional: «Los compromisos a nivel mundial no se están traduciendo en una realidad de mejora del entorno para la sociedad civil. Estamos tratando de encontrar soluciones para invertir esta tendencia».
Ingo Ritz, de Global to Action against Poverty, añadió que el propósito del GPA 2022 es precisamente ofrecer un espacio para que las OSC colaboren de forma independiente en estas cuestiones tan urgentes.
Glenis Balangue terminó la sesión con un favorito de los activistas: «Intentaron enterrarnos y no sabían que éramos semillas». «Como brotes, los miembros de la sociedad civil, las organizaciones de base y las organizaciones populares seguiremos colaborando y luchando contra la represión y exigiendo justicia, no sólo por los derechos civiles y políticos, sino también por los derechos sociales, económicos y culturales», concluyó.
Puede ver la grabación completa del evento a continuación: