La Unión Europea acaba de publicar un informe sobre la cooperación al desarrollo: ¿la UE cumple? El informe proporciona un análisis detallado sobre el desempeño de las instituciones y los países miembros de la UE en la implementación de los principios de eficacia acordados por la comunidad internacional durante más de una década. Para los agentes de desarrollo que siguen atentamente los patrones de cooperación al desarrollo, el documento ofrece nuevas perspectivas sobre el rendimiento de los donantes, así como un ajuste en el marco de seguimiento. Es una referencia valiosa para diálogos continuos que abordan los Objetivos de Desarrollo Sostenible mientras nos acercamos al año 2030.
El informe va más allá de los resultados del Informe de Progreso Global elaborado por la Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo (AGCED) proporcionando, por ejemplo, un indicador colectivo UE y entrevistas cualitativas también. De esta forma, ofrece un panorama más claro sobre como funcionan las relaciones entre la UE y el trabajo de sus socios de desarrollo en la práctica. Quizás más importante aún, el informe plantea cuestiones que debería interesar a todos los profesionales del desarrollo.
Regresemos en el tiempo a julio 2019, a la Reunión de Alto Nivel de la AGCED. En el último Informe de Progreso, la Declaración de los Copresidentes señala “un panorama desigual” en la implementación de los principios de eficacia. Concretamente, promueven “medidas adicionales” para armonizar la cooperación al desarrollo con las prioridades de los colaboradores y también con los marcos de resultados elaborados por los propios países. Asimismo, promueven una mayor transparencia. En este contexto, la UE se sumerge al fondo para presentar una visión integral que ayudará las partes interesadas a entender donde se necesita más esfuerzo.
Algunas áreas del marco de seguimiento han sido sujetas a mayor escrutinio que otras considerando que la revisión se trata del rendimiento de los donantes, concretamente: armonización con el marco de resultados apropiado por el país (CRF, por sus siglas en inglés), visibilidad y previsibilidad, uso de los sistemas nacionales y la ayuda ligada. La esencia del informe gira entorno a tres capítulos: liderazgo nacional (capitulo 3), fuertemente ligado al ODS 17.5.1 y el espacio para políticas nacionales; transparencia (capitulo 4) y los impulsores por detrás del desempeño de la UE (capítulo 5), la parte más política. También incluye el cuestionario remitido a los estados miembros de la EU y 17 perfiles de país.
En cuanto a los datos, un aspecto distintivo es el enfoque evaluando el desempeño del conjunto de la UE (las instituciones de la EU y los estados miembros juntos): 1.756 proyectos han sido agrupados en una única base de datos que genera el indicador colectivo UE. De esta forma, las tendencias regionales no son simplemente derivadas de una combinación de medias nacionales. La granularidad de los datos es mayor gracias a una revisión de los hallazgos a través de una categorización de donantes (CAD, fondos verticales, multilaterales, etc.) y de los socios de desarrollo (estados frágiles, África, PMD, etc.) como también una revisión de instrumentos, canales y sectores.
No es posible resumir aquí la riqueza del informe. Por ahora, tenemos que hacer un balance del hecho de que hay signos de regresión en general. El desempeño de la UE no está mejorando ni ha empeorado en algunas áreas: previsibilidad a corto y medio plazo, uso de los sistemas de los países asociados, transparencia, uso de indicadores de propiedad nacional y evaluaciones compartidas con los países asociados. La esencia del problema que se explora en el informe es la razón de por qué hay cambios tan negativos. ¿Qué factores impulsan esas tendencias negativas?
Según el análisis cualitativo, sigue habiendo un apoyo general a la agenda de eficacia en los Estados miembros de la UE. Desde este punto de vista, la volatilidad de los resultados de 2016 a 2018 no puede explicarse por el hecho de que los donantes tendrían que modificar sus políticas de forma drástica para lograr cambios tan amplios. En el informe se tienen en cuenta varios factores que pueden estar en juego. De hecho, las conclusiones exploran las implicaciones de tendencias como aquellas referentes a las prioridades políticas predominantes que pueden estar afectando negativamente a la realización de los principios de la eficacia. En el informe se señala que la concentración en la migración, el cambio climático y los intereses comerciales puede entrar en conflicto con la agenda de eficacia.
Sin embargo, también hay otra línea de pensamiento del informe de la UE que pone en duda la calidad de los datos y del mismo proceso informativo en el marco de la AGCED. Por muy árido que pueda parecer este argumento, puede encarnar algunas de las cuestiones esenciales para las asociaciones de desarrollo, así como para el proceso de vigilancia en su forma actual. Vale la pena recordar que la AGCED se estableció en virtud de un credo muy poderoso que pedía que la nueva asociación – que sustituía a un sistema basado en el CAD de la OCDE – fuera ligera a nivel mundial y pesada a nivel local; una de las principales consecuencias era un proceso de monitoreo que, en principio, se basaba en gran medida en los datos procedentes de los países asociados. En el informe de la UE se expresan entonces problemas de confianza con relación a la calidad de los sistemas de datos de los países asociados y de las limitaciones de la presentación de informes de la AGCED que no permiten una adecuada verificación y validación de los datos; tenemos que observar que ese enfoque ya está cobrando impulso una vez que consideramos que la AGCED está en el proceso de revisar sus propias pruebas.
No obstante, los fallos pueden ser más profundos debido a que las conclusiones del informe siembran dudas respecto a la eficacia de la cooperación del desarrollo y a la programación efectiva, las dos cosas pueden no estar 100% superpuestas a los ojos de muchos altos funcionarios. Varios factores podrían intervenir aquí simultáneamente, empezando con una reducción en el conocimiento sobre la agenda de eficacia y en particular de los trabajos de la AGCED, más presión política determinando las prioridades de desarrollo y la tolerancia reducida de los donantes con los problemas de capacidad y gestión de los países asociados. El destino del apoyo presupuestario puede ofrecer una historia reveladora en este sentido. Las salidas prácticas pueden incluir el mantenimiento estándar del marco de vigilancia de Busan y también algunos cambios, específicamente en aquellas áreas que son más problemáticas como la utilización de sistemas nacionales, que, de acuerdo con el informe de la UE, pueden requerir correcciones importantes.
La UE ha adoptado medidas audaces para examinar su propio desempeño en la implementación de la agenda de eficacia publicando ¿La UE Cumple?. Como necesitamos otras oportunidades para profundizar sobre las conclusiones, la importancia de las políticas basadas en pruebas es un mensaje fundamental para que todos reflexionen. Los esfuerzos para mejorar informes globales, comprensivos y frecuentes sobre los indicadores de impacto y principios nunca serán destacados lo suficiente. Todas las partes interesadas del desarrollo, pero sobre todo la sociedad civil, pueden beneficiarse del informe de la UE y usar nuestros conocimientos para mejorar la manera que nos involucramos con la Unión Europea en particular y seguir la agenda de eficacia en general.