Tras el Foro de Financiación para el Desarrollo (FFD) 2020, la plataforma global de la sociedad civil, Alianza de la OSC para la Eficacia del Desarrollo (AOED) pidió a los países donantes que cumplieran sus compromisos oficiales de asistencia para el desarrollo (AOD), especialmente teniendo en cuenta el impacto del COVID-19.
La semana pasada, las cifras de la AOD de los países miembros del Comité de Asistencia para el Desarrollo (CAD) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para 2019 mostraron un aumento del 1,4% en términos reales, hasta 152.800 millones de dólares.
«Aunque se trata de un aumento modesto en términos reales, queremos subrayar que en realidad la AOD disminuyó cuando se computó como un porcentaje de la INB o el ingreso nacional bruto de, de 31 a 3%. Como aspecto positivo, nos alegramos por el indicio de la probable subida de AOD a los países de bajos ingresos, pero anticipamos que la cifra sigue siendo inferior al compromiso de 0.15 a 0.2% de INB», explicó la Copresidenta de la AOED Marita Gonzalez.
Las ayudas prestadas en forma de préstamos en lugar de subvenciones también aumentaron un 5,7% en comparación con 2018. Para la AOED, este es motivo de preocupación para muchos países en desarrollo que ya sufren el aumento de los niveles de deuda. El servicio de la deuda restringe aún más la capacidad de los gobiernos de los países en desarrollo para apoyar medidas que respondan a las necesidades de las personas durante la pandemia del COVID-19.
La publicación de cifras de la AOD coincide con el proceso de revisión de la Financiación para el Desarrollo, que acaba de publicar su Informe de Financiación para el Desarrollo Sostenible (IFDS) 2020.Las organizaciones de la sociedad civil del Grupo OFD, de la que forma parte la AOED, han expresado su preocupación por el impacto de las tendencias negativas de la AOD en el ámbito más amplio de las finanzas para el desarrollo.
«Observamos con preocupación que el mensaje general del Grupo de Trabajo Interinstitucional es que la comunidad internacional no es fiel a sus compromisos en relación con la AOD. Apoyamos por completo el llamamiento del Grupo de Trabajo a los donantes para que se alcancen los compromisos acordados internacionalmente de AOD [cantidad y calidad]», afirma el Grupo de OFD de la Sociedad Civil en su respuesta al informe.
Una mirada más cercana revela que la AOD ha caído como porcentaje del INB, lo que significa que los donantes en su conjunto siguen fracasando en el compromiso del 0,7%, con sólo cinco donantes del CAD cumpliendo los objetivos: Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Suecia y el Reino Unido. Se espera que las cifras se reduzcan aún más en los próximos dos años, ya que los donantes están preocupados por los efectos del COVID-19 en sus economías.
Para la AOED, tomar esta dirección sólo agravará la situación, y lo que es peor, pondrá en riesgo la agenda de Desarrollo Sostenible. Como explica el copresidente Justin Kilcullen, «la realidad del COVID-19 debería alentar aún más a los países donantes a aumentar su AOD para ayudar a los países en desarrollo a responder directamente a los impactos de la enfermedad, así como reducir la desigualdad que la sustenta y hace que toda la humanidad sea vulnerable a más pandemias». También sostuvo que los paquetes de asistencia COVID19 no deberían utilizarse para endurecer el control de la sociedad civil y contribuir al patrón de reducción del espacio cívico.
Por su parte, la copresidenta Beverly Longid dice que los presupuestos públicos no deben usarse en ningún paquete de rescate para grandes corporaciones: «La pandemia COVID-19 muestra que el dinero de los gobiernos donantes debe ir a donde más se necesita: fortalecer la atención médica pública para proporcionar pruebas gratuitas, tratamiento e información oportuna, y otros servicios sociales. Como ha señalado la propia OCDE, proporcionar apoyo a los sistemas sanitarios más débiles es crucial ante el COVID-19». También reiteró la posición de la AOED sobre la movilización de las inversiones del sector privado a través de la AOD de que tales esfuerzos pueden crear incentivos que no están necesariamente alineados con el mandato de la cooperación al desarrollo para abordar la pobreza.
Este sentimiento es expresado de manera similar por el Grupo OFD de la OSC, que sostuvo que la crisis muestra «la volatilidad y la falta de fiabilidad de las estrategias de financiamiento basadas en los inversores privados y la urgente necesidad de reinstaurar la rendición de cuentas y el servicio democrático de las finanzas a la economía real».
“Tras el COVID-19, garantizar la eficacia de la financiación del desarrollo tendrá una importancia aún mayor. Instamos a los países donantes y a nuestros miembros y socios a que ayuden a proteger el terreno que hemos ganado para lograr financiamiento para el desarrollo que realmente alivie la pobreza y la desigualdad. También estamos abiertos a debatir las cancelaciones de deuda externa en PMA y la reestructuración de la soberanía de la deuda, dentro del marco propuesto por la ONU en 2015, añadió González,” añadió González. #