Frente a las más de 100 personas que asistieron al evento paralelo titulado “Campaña fiscal frente a los daños climáticos”, Duituturaga afirmó que, como isleña del Pacífico, sentía la responsabilidad de exigir justicia, notablemente en su función de representante de la región que menos responsabilidad tiene en el cambio climático y que, aun así, es la que más padece las consecuencias.
“Nosotros, los pueblos del Pacífico, sufrimos de primera mano las consecuencias devastadoras del cambio climático, y por ello pedimos justicia y exigimos nuestro derecho a la supervivencia. Hoy, he venido aquí a preguntar: ¿dónde? ¿Dónde está la justicia para nosotros, los menores causantes del cambio climático, pero los que más padecemos las consecuencias de esta catástrofe causada por el ser humano?” exclamó.
“Acabo de volver de mi país natal, Fiyi, donde apenas estamos levantando cabeza tras las fuertes inundaciones causadas por dos ciclones, Josie y Keni, en tan solo dos semanas”.
El ciclón Josie arrasó la isla durante el fin de semana de Pascua, el 31 de marzo. Causó la muerte de cuatro personas y unas inundaciones críticas que sumergieron una ciudad entera. A pesar de que se trataba de un ciclón de categoría relativamente menor, Josie ocasionó unas inundaciones devastadoras en Viti Levu, una de las dos principales islas en Fiyi.
“Cuatro personas murieron arrastradas por la corriente mientras el agua desbordaba la orilla del río y sumergía los puentes. Esto se ha convertido en nuestra nueva realidad: estamos padeciendo daños y pérdidas de proporciones gigantescas, devastadoras y catastróficas que nunca habíamos visto, y que nunca hubiéramos podido imaginar”, explicó Duituturaga.
Acompañada por la subdirectora ejecutiva de PIANGO, Siale Ilolahia, Duituturaga relató cómo desde 1950 los desastres naturales en la región del Pacífico han causado la muerte de más de 10 000 personas y han afectado a 9,2 millones de personas de los 10 millones que viven en el Pacífico. Estas cifras están respaldadas por un informe del Banco Mundial.